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Música

 Entre gustos y colores mucho han escrito los autores, a muchos nos gusta la música y tenemos nuestras preferencias, según hayamos escuchado algo de lo que escuchaban nuestros familiares, amigos y la que luego la radio, la televisión e internet nos da a conocer.

Trato de ser de mente abierta en cuanto a música se refiere, definitivamente no me gustan los ritmos no armónicos, disonantes y las letras groseras, vulgares o violentas.

Crecí escuchando salsa, Sonora Ponceña, Gran Combo, Ismael Rivera, Héctor Lavoe, Rubén Blades. Papá es un buen bailador del género.

Ya adolescente amé la radio, de una manera que no pensé que podría amar, primero escuché emisoras de Salsa, como Sonera, pero luego conocí la 99.9 FM y allí nació mi amor por las canciones de los 60´s,  70´s y 80´s. Beatles, Chicago, Hall and Oates, por mencionar algunos.

Me costó mucho abrirme a otro tipo o género de música, pero ocurrió, y cuándo me di cuenta ya escuchaba y cantaba canciones de Frank Sinatra, Gal Costa y Luciano Pavaroti.

Respeto los gustos musicales de otras personas, trato de no hablar mal de ellos, así no sean de mi gusto, me limito a disentir amablemente en caso de que mi opinión sea solicitada. "El reaguetton es chévere! Verdad?" - "Gracias por preguntar. El reaguetton no es de mi agrado." (sin ofender).

Es asombroso como una canción puede afectar - positiva o negativamente - el estado de ánimo. Desde la infancia las canciones y la música llenan el espacio, en la casa, en la escuela, en algunos trabajos.

Hay la tendencia, de parte de algunas personas, de pensar que si a ellos les gusta su música, ellos deben colocarla a todo volumen, obligando a el resto a escucharla, quieran estos o no. Acto perverso, revestido egoísmo, pues parece inofensivo. Es ofensivo. No obligues a otros a escuchar tu música poniendo muy alto el volumen, no es sano, es de mala educación, es falto de amor al prójimo, es una violación al derecho de otro.

Tan agradable que es que suene Mozart en paz, en tranquilidad, en quietud y sosiego...

Una vez vi un programa, no recuerdo el nombre, en el que la policía de Inglaterra, derribaba la puerta del apartamento de un hombre que ponía su música a muy alto volumen y se llevaban el aparato de sonido...Ah ya quisiera que algo así pasara aquí, pero no...no pasa, cualquier persona puede contaminar sónicamente el vecindario a su antojo...sin ley que lo regule...

Me gusta levantarme temprano y escuchar la "música" de la naturaleza: gratuita, variada, armoniosa y relajante (en algunos casos). Que fortuna contar con el  sentido del oído para poder escuchar sonidos agradables, música y canciones que nos complementan la vida...

(A las personas que no pueden oír por cualquier motivo vayan mis sentimientos de compasión).

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