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Maestros

 Hay tantas cosas que aprender

El internet

La pesada, exasperante y desesperante lentitud del internet puede enseñarte cuán impaciente eres, cuán orgullosa puedes ser y cuán pedante y desagradable puedes llegar a ser.

Todas las reacciones que tienes en respuesta a las cosas que te pasan solo muestran quién en realidad eres, y quién quieres ser.

Las situaciones son maestros, nos enseñan cosas acerca de nosotros mismos que de otra manera nos sería muy difícil ver.

Cómo saber cuán paciente eres sino es a través de situaciones que requieran paciencia.

La escuela y la universidad, así como otro tipo de cursos nos brindan instrucción para desempeñarnos en un oficio o trabajo, pero con cuanta frecuencia un buen profesional se ve demeritado porque sus cualidades, poco deseables como persona o ser humano opacan su brillo como buen profesional.

He visto anuncios clasificados en el periódico en los que se pide, aunado a la capacitación y experiencia profesional, "buen humor" como requisito para ser elegible. Hay cargos que exigen "puntualidad" a la hora de llegada como algo indispensable.

El control remoto del televisor, el microondas, la calculadora, entre otras cosas, me han enseñado a ser impaciente.

La velocidad de internet en mi país, las constantes actualizaciones y procesos en segundo plano de mi pc, el servicio casi inexistente de agua corriente en mi país, entre muchísimas otras cosas me han enseñado a ser más paciente.

Reconozco que aún me falta mucho que aprender pero cualidades como la paciencia- entre otras-,  que en esta sociedad pueden ser vistas como una debilidad, han sido de gran utilidad y provecho en situaciones en las que todo no marcha como debería, o como yo quisiera, que últimamente ha sido más seguido de lo que me gustaría.

Sigo siendo "una obra en construcción" o "en progreso", sigo aprendiendo de estos "maestros", que en ocasiones son tiranos y crueles con mi falta de experiencia. Todo lo que vivo cada día es nuevo, aún las versiones de lo ya vivido, todo es nuevo, es la primera vez que vivo este día, es la última también, estas reflexiones me ordenan la cabeza, me ayudan a tomar decisiones, me ayudan a crecer como persona. Me ayudan a cambiar mi manera de ver las cosas. De nada sirven las lecciones si no aprendemos de ellas y usamos ese conocimiento a nuestro favor como una muestra de sabiduría.

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